El EMDR es un modelo de psicoterapia complejo, e integra elementos y componentes procedentes de distintos enfoques. Sin embargo, lo más característico del EMDR es la utilización de la estimulación bilateral, ya sea mediante movimientos oculares, sonidos o golpecitos (tapping), con los que se estimula un hemisferio cerebral por vez.
El EMDR constituye una alternativa de psicoterapia efectiva y de resultados perdurables en pacientes con trastorno de estrés postraumático y en trastornos asociados al espectro del trauma.
Se utiliza habitualmente en víctimas de violaciones, asaltos u otros hechos violentos; también se ha empleado para intervenciones in situ en lugares afectados por desastres naturales o provocados por el hombre (por ejemplo, con los 220 niños víctimas de las inundaciones de abril de 2003 en Santa Fe, Argentina).
Sin embargo, como la propia Francine Shapiro señala:
“Muchos de nosotros pensamos que el trauma consiste en los grandes acontecimientos que aparecen en los diarios. En el imaginario popular, se identifica como víctimas de un trauma a veteranos de guerra o a los supervivientes de una catástrofe natural o un ataque terrorista. Pero, por definición, trauma es cualquier hecho que haya tenido un efecto negativo duradero en una persona. Todos conocemos a alguien que ha perdido su trabajo, a sus seres queridos o simplemente sus posesiones y que ha sufrido verdaderamente por ello. Cuando alguien ver perturbada su paz de espíritu o bien nunca la ha tenido, se ve expuesto a serias consecuencias físicas y psicológicas, sea cual sea la causa. Al margen de los ‘disparadores’, por lo general las causas se encuentran en antiguas experiencias de la vida. A esas experiencias, las llamamos traumas”. (Francine Shapiro, Una Terapia Innovadora para superar la Ansiedad, el Estrés y el Trauma.; versión española: SAPsi Editorial, 2007)